Bienvenido Kike Rivera como columnista de Quadratín Bajío
“En busca de la felicidad, II”
El riesgo está en confundir la verdadera felicidad, con la felicidad pre personal, producto de la ignorancia y la inconsciencia. Ramón Gallegos.
Compartimos la semana pasada en el artículo: “La búsqueda de la felicidad, I”: El asceta: “Es la historia sobre un académico que visita la India y encuentra al margen del río Ganges a un asceta en meditación, se acerca y le pregunta si es feliz, el asceta contesta: que no, por eso busca conocer la naturaleza del Ser, descubrir la realidad, saber qué es la mente, entender la no-dualidad. El académico se aleja del asceta y más delante encuentra a una mujer que se ve muy feliz jugando con sus niños, el académico le pregunta sobre la naturaleza de la realidad, sobre la inmortalidad del Ser, sobre la no-dualidad, etc., la mujer le contesta que ella no sabe nada de eso ni le interesa, que ella solo sabe que es feliz jugando con sus niños. El académico regresa con el asceta y le cuenta sobre la felicidad que ya logró la mujer: ¡Sin necesidad de búsqueda espiritual! y sin necesidad de tanta indagación. El asceta le contesta que no es esa la felicidad que busca, que no es el tipo de felicidad que vive la mujer con los niños su meta” Al respecto, Ramón Gallegos, fundador de la Fundación Internacional para la Educación Holista, nos comenta en su libro La Conciencia Iluminada: “Esta historia popular ilustra el peligro de confundir la verdadera felicidad espiritual producto del conocimiento de sí mismo y el discernimiento perfecto, con la felicidad pre personal producto de la ignorancia y la inconsciencia, al identificarnos a nosotros mismos con nuestro propio ego, nuestros pensamientos, deseos y nuestras emociones”.
También compartimos una lista de razones por las que no somos felices: 1.- No somos conscientes, no nos damos cuenta que la felicidad tiene que ver con nuestra esencia como seres humanos, con nuestra propia espiritualidad; 2.- No vivimos la vida cuando sucede, en el ahora, en el momento presente (o estamos añorando el pasado o estamos esperando un mejor futuro); etc.
En el artículo señalado analizamos por qué el “No ser conscientes”, nos limita en nuestra aspiración para ser felices. Exploremos ahora el segundo motivo: No vivimos la vida cuando sucede, en el ahora, en el momento presente. Y no basta más que poner atención para darse cuenta de esto, de hecho, es algo que nos sucede la mayor parte del tiempo y ni siquiera nos damos cuenta. La clave está en tener control consciente de nuestra atención y de dónde decidimos poner nuestra atención. Si observamos con detenimiento nuestros pensamientos, notaremos que comúnmente se encuentran en proyecciones futuras, ya sea imaginando, visualizando, creando expectativas acerca de lo que vamos a hacer o a sentir si tal evento futuro sucede de cierta manera; o, por el contrario, nuestros pensamientos manifiestan imágenes, eventos o situaciones del pasado, ya sea que nos hagan sentir bien o mal. Lo que es evidente, es que, si nuestra atención se encuentra en pensamientos futuros o pasados, no se encuentra en el momento presente. Te invitamos a reflexionar acerca de: ¿Cuándo es cuando tu vida transcurre?, ¿no es acaso que la vida siempre se vive en el momento presente? Entonces, cada vez que nuestra atención no está en el momento presente, literalmente no estamos viviendo, pues no estamos conscientes de lo que está sucediendo en nuestras vidas, ¿Cómo podríamos ser felices si ni siquiera ponemos atención a lo que estamos viviendo? Sucede que por alguna razón le restamos valor al continuo de nuestra vida y enaltecemos momentos específicos y ahí es donde se nos va la vida, por ejemplo, estamos emocionados porque vamos a llegar a nuestro festejo de cumpleaños (tiempo futuro), y resulta que de repente nos encontramos atorados en el tránsito de las calles de la ciudad, pareciera que el tiempo que estamos en el vehículo es tiempo perdido, pero, ¿no es acaso el tiempo que estamos atrapados en el tráfico tiempo de vida?, aun así nos enajenamos del presente asumiendo que no tiene valor, cuando lo que podemos hacer es tomar conciencia del momento y disfrutarlo como una oportunidad para la reflexión sobre eventos pasados, deseos futuro o sueños y proyectos imaginados, en otras palabras, un atorón en el tráfico, como tantas cosas en la vida que nos distraen de lo que queremos, son oportunidades para, a través de la reflexión, apoyados en la imaginación, analizar situaciones o soñar con cosas nuevas, lo que da, al estar consciente del proceso, una dimensión de enriquecimiento de nuestro tiempo presente y como consecuencia satisfacción de vida. Ojo, el tema no es como pasar el tiempo, el tema es que para ser felices necesitamos estar despiertos en nuestro presente, vivir en presente y decidir cómo debe ser nuestro presente. Como experiencia compartimos, cuando tenemos tiempo perdido, como esperar una cita o hacer antesala, siempre llevamos un libro, de esta manera aprovechamos el tiempo (nuestra decisión) y no hay estrés ni molestia ¡Claro!, tenemos la alternativa de hacer nada, estresarnos y molestarnos si hay retraso y de esa manera jodernos la vida: ¡Esa es tu decisión!… ¡Así de sencillo!… Continuará.
Un saludo, una reflexión.