Genio y Figura/Francisco Buenrostro
Los gobiernos de Canadá, de México y parte de los analistas siguen sin entender a Donald Trump. Parecerá un despropósito, pero la mejor manera de comprender a un personaje como él es López Obrador. Aunque en polos opuestos, están hechos con el mismo molde que se llama populismo. No es tema de doctrina que va de la mano de los dogmas, sino de forma de ser, de una personalidad que requiere más del psicólogo que del sociólogo o más bien del psiquiatra por su desapego de la realidad y su narcisismo.
Habrá de recordarse que previo a la elección presidencial en EU cientos de psiquiatras suscribieron un desplegado en el New York Times donde alertaron a los votantes sobre el desorden en la personalidad de Trump llamado narcisismo maligno. Suscribían el deber ético como profesionales de la salud mental señalar que el candidato republicano era totalmente inadecuado para el liderazgo, porque su desorden mental lo hacía mentiroso, destructivo, engañoso y peligroso.
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