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Tras 312 días, Chicharito anota en goleada de Chivas, pero sigue América
Toros, beisbol, futbol, boxeo y automovilismo, fueron algunos de los deportes pioneros transmitidos por las ondas hertzianas, en México desde los años 40.
Paco Malgesto, Pepe Alameda, Pedro “El Mago” Septién, Julio Sotelo, Jorge “Sonny” Alarcón” y, más en los 50, Fray Pedro de Gubar, Tomás “Tommy” Morales y Rodolfo Sánchez Noya, son las voces que se distinguieron en cada uno de los deportes mencionados.
Sin duda fueron los pioneros de la crónica deportiva radiofónica. Todos ellos poseían excelentes voces y las sabían emplear a la usanza de la época, engoladas y potentes.
Desde su nacimiento en nuestro país, allá por 1920, la radio ha sido un medio cercano y de penetración entre todas las clases sociales, pues lo mismo llega al campo que a las ciudades, a los centros de trabajo y a los vehículos en movimiento.
La creación de la XEW en 1930, en la ciudad de México trajo consigo el surgimiento de las primeras figuras de la radiodifusión, entre las que hay que destacar a don Pedro De Lille, padre de la locución en nuestro país.
El reto y virtud de la radio se dio desde 1940, con la búsqueda y consecución de la inmediatez y credibilidad; factores que le permitieron hacer frente a la llegada de la televisión en los años 50, pues aunque se temió por su sobrevivencia, la radio supo anclarse a la cercanía con su público.
En materia deportiva, las peleas de Raúl “Ratón” Macías, en la segunda mitad de los 50, reunían a grupos de jóvenes y familias enteras alrededor de un aparato de radio, para escucharlo decir después de uno de sus muchos triunfos, “todo se lo debo a la virgencita de Guadalupe”.
Ya por entonces se transmitían los juegos de beisbol, desde el Parque Delta y el futbol se hacía desde el Parque Asturias y alguno de los estadios de futbol, conocidos como Parque España.
Se gestaba una generación más de cronistas radiofónicos de donde surgirían don Fernando Marcos, Ángel Fernández, y más tarde Alfonso Morales. Todos ellos inspiración y escuela de una primera generación, ya no de cronistas como tales, sino de reporteros radiofónicos de deportes.
Hablamos de los años 70 cuando las principales estaciones de radio encontraron el nicho de mercado de los noticieros para competir entre sí.
Televisa Radio, Grupo Acir, Radio Fórmula, Radio Centro, Radio Universidad, y Radio Red armaron sus equipos de reporteros para ir detrás de la noticia deportiva.
El universo total de la radio deportiva noticiosa, en el entonces D.F., comprendía exactamente esos seis medios; no había más.
Al principio su trabajo se dificultó porque se les criticaba el hecho de que grabaran a los protagonistas de la noticia, en vez de tomar notas como era la costumbre de los diaristas.
Como “cuchillito de palo” esos pocos neoreporteros, se hicieron presentes en Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos, Campeonatos, Copas Mundiales y giras internacionales de distintos deportes y especialidades.
Surgió entonces el mote de “los cuadrafónicos” para quienes usábamos grabadoras, en lugar de lápices y libretas. Éramos apenas un puñado: Edmundo Ruiz Velasco de Radio Universidad; Julián Rivas, Radio Centro; Gerardo Mendoza, Radio Fórmula; Carlos Suárez y Antonio Barragán, Radio Mil; Miguel Aguirre Radio Red y quien esto escribe, primero de Televisa Radio y más tarde de Grupo Acir.
Por aquellos tiempos uno de los directivos más interesados en la promoción de la actividad deportiva a través de la radio, fue el doctor Manuel Mondragón y Kalb, subsecretario del deporte a nivel federal. Con él acordé distribuir a los medios radiofónicos la información que generaba su subsecretaría.
Como éramos apenas seis medios, no fue difícil grabar cassettes con entrevistas de él y la información diaria, distribuida por un “propio” en motocicleta quien los entregaba en cada una de las estaciones de radio.
Ese era el panorama de la radio en general y de la deportiva en particular, cuando en marzo de 1983 se fundó el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) bajo la dirección del periodista Teodoro Rentería Arróyave.
Él me encargó aparte de la reporteada de información general, lo referente a la información deportiva.
Más tarde llegaría el crecimiento desmesurado de medios y reporteros, que hacen aparecer a lo aquí dicho, como la última época romántica del periodismo deportivo en radio.