
¿Quién habla con ella?
En los tiempos de descontento, en la política cobra relieve la lealtad. No se dice con claridad porque es embarazoso reconocer que la lealtad de hoy día remite a personas, no a instituciones, ni a conceptos con contenido y sustancia como república o democracia. Cuando desde el poder se invoca la lealtad al proyecto, en realidad se dice lealtad a López Obrador, porque el proyecto es él, las propuestas de cambio vienen de él.
Las iniciativas propias de este gobierno como eliminar la reelección consecutiva y prohibir el nepotismo son menores respecto al cambio de régimen promovido por el líder moral. ¿Cómo se resuelve la lealtad cuando el líder originario se ha retirado simbólica y jurídicamente del poder institucional? Sencillo, con el compromiso a los símbolos fundacionales por quien encabeza el gobierno. Por eso es correcto, si se trata de la sobrevivencia del proyecto, que la presidenta Sheinbaum invoque su compromiso con Andrés Manuel López Obrador.
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