
El peso de la sociedad
La inseguridad es el problema mayor del régimen en el poder. Lo entiende la presidenta Sheinbaum y por ello cambió la estrategia de su antecesor. De los abrazos pasó a la acción de inteligencia, las detenciones y las incautaciones de estupefacientes, emprendidas por quien ha probado ser un eficaz operador, civil, por cierto. Del “aquí en México no se fabrica el fentanilo”, se transitó al aseguramiento de laboratorios y lugares donde se fabrica y maquila la perniciosa droga. Un cambio forzado por la circunstancia, por la realidad y, de paso, involuntaria e indeseable condena a la complacencia criminal del gobierno anterior.
El compromiso del presidente López Obrador de abatir la violencia y los homicidios resultó en un pronto fracaso. La manipulación de las cifras de los homicidios llevó a que convergieran criminales y gobierno desaparecer a los ejecutados, a grado tal que se volvió política de Estado desaparecer a los desaparecidos. Más de cincuenta mil personas, casi en su totalidad asesinadas, durante los seis años de gobierno de López Obrador, más doscientos mil homicidios. Un desastre mayor, porque las cifras de horror se acompañan de amplios territorios ganados por el crimen y su penetración en el tejido social y la economía, además de su apoderamiento de autoridades municipales y locales y la connivencia con las nacionales.
La nota completa en Quadratín Yucatán