
Genio y figura/Francisco Buenrostro
¿Se imaginan un mundo en dónde todos pensáramos igual? ¿En dónde siempre hubiera una verdad absoluta? ¿En donde nadie cuestionara u opinar y peor aún no surgieran diversas ideas sobre los mismos temas?
Un día leí que intentar imponer nuestras ideologías es el equivalente a intentar colonizar la mente de los demás y no podría estar más de acuerdo. Si hay algo seguro en este mundo es que no existen verdades absolutas, ni siquiera las matemáticas o las de las ciencias exactas por qué ya hemos visto que conforme avanza la tecnología también van cayendo algunas de esas teorías que antes nadie se atrevía a cuestionar.
Mucho menos podrían existir para temas subjetivos que dependen del interlocutor, sus experiencias, vivencias, creencias, sueños, expectativas, cultura, preparación, etc. Y la herramienta más eficaz sin duda es el diálogo y el intercambio de ideas y opiniones, escuchar, analizar, discernir y sobre todo ser capaces de entender que a los consensos se llega cediendo un poco, intentando entender la postura del otro, lo que le duele, lo que le reconforta, lo que le apasiona del tema y lo que espera del mismo, llegar a un punto de coincidencia y partir de ahí.
Al final del día el mundo funciona gracias al diálogo y los consensos, a entender que nadie es dueño de la verdad, por lo menos no de la del otro. Cada quien elije que creer. Intentar imponer por la fuerza lo único que logra es más división y por supuesto más rechazo a lo que se intenta imponer.
Siempre he pensado que el debate respetuoso e informado enriquece no solo los consensos sino también los proyectos y las ideas y que debemos generar ese intercambio de ideas en virtud de lograr evolución del pensamiento inicial.
En la actualidad los sistemas educativos han ido cambiando justamente en ese sentido, en fortalecer el pensamiento creativo, innovador y que cuestiona, pero también es capaz de dar soluciones, fortalecer las habilidades blandas, formar ciudadanos pensantes capaces de dialogar, pero principalmente capaces de escuchar y aprender de los demás.