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GUANAJUATO, Gto., 7 de agosto de 2025.- La agronomía es una de las actividades estratégicas para la reactivación económica de Guanajuato, así como para el impulso de la agricultura y la seguridad alimentaria. Desde la Universidad de Guanajuato (UG), esta disciplina es considerada fundamental para el desarrollo rural y la producción sustentable de alimentos. Así lo señaló el doctor Manuel Darío Salas Araiza, ingeniero agrónomo fitotecnista y responsable del Departamento de Agronomía de la UG, quien enfatizó que el papel del agrónomo es esencial para garantizar la seguridad en la producción agrícola del estado.
Combatir la fauna nociva en el campo es una tarea de gran relevancia, no solo para proteger la salud, sino también para preservar los recursos económicos que genera el sector agrícola. De acuerdo con el Dr. Salas Araiza, aproximadamente el 90 por ciento de los egresados de la Universidad de Guanajuato se desempeñan en el sector agrícola, el cual exporta una gran parte de su producción, principalmente hacia Estados Unidos.
El especialista explicó que en Guanajuato se cultivan alrededor de 75 especies diferentes de vegetales, siendo las hortalizas el principal producto. Entre ellas, el brócoli destaca con una superficie de cultivo de 35 mil hectáreas, de las cuales el 95 por ciento está destinado a la exportación. Sin embargo, esta actividad enfrenta desafíos como la presencia de plagas, que pueden generar graves pérdidas económicas si no se controlan adecuadamente.
“El brócoli, por ejemplo, tiene alrededor de 17 plagas identificadas, y aproximadamente el 25 por ciento del costo de producción se destina a su control. Si se encuentra algún insecto en un embarque, el producto puede ser rechazado, lo que representa un riesgo financiero importante”, detalló el investigador.
Además de las plagas comunes, existen otras especies invasoras que llegan al estado a través de embarques provenientes de regiones tropicales. Entre ellas, destaca el Triatoma, conocida como chinche besucona, transmisora de la enfermedad de Chagas, “el Triatoma transmite un parásito llamado Trypanosoma cruzi, que se aloja en su tubo digestivo. Cuando el insecto pica a una persona mientras duerme, deja su excremento cerca de la picadura. Al rascarse, la persona introduce el parásito en su organismo, lo que puede generar daños severos al hígado y al corazón años después, incluso sin haber consumido alcohol en su vida”, explicó el doctor Salas.
Este tipo de plagas ha sido detectado con mayor frecuencia en la región del Bajío, especialmente en zonas como la Central de Abastos en León, donde se realizan monitoreos constantes para su identificación y control.
El maíz, otro cultivo fundamental en la entidad, también es víctima de múltiples plagas. En su raíz se localizan al menos cinco especies, mientras que entre la tierra y el cuello de la planta suelen aparecer gusanos barrenadores. En el follaje se encuentran insectos chupadores como los pulgones, y en las hojas, insectos masticadores como los chapulines.
Pese a este panorama, el Dr. Salas destacó que la tecnología ha avanzado considerablemente. “Hoy los insecticidas son mucho menos dañinos para el ser humano. La labor del agrónomo es prevenir, promover un uso mínimo de productos químicos y fomentar métodos sustentables para el control de plagas”, subrayó.
La enseñanza de la agronomía en la Universidad de Guanajuato se consolidó en 1975 y, a medio siglo de distancia, continúa siendo un referente en la formación de profesionales dedicados a la seguridad y sustentabilidad del campo.