
Llega la exposición Toda sangre al lugar de su quietud al MAHG
GUANAJUATO, Gto., 25 de agosto de 2025.- La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) se sumó a la vigésima edición del Festival Internacional Callejón del ruido, esto en compañía del prestigioso director invitado Ludwig Carrasco, titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, y con el estreno de cuatro obras compuestas por Roberto Morales Manzanares (fundador de dicho festival en 1994), Francisco García Ledesma, Manuel de Elías y Béla Bartók.
El maestro Carrasco es un activo promotor de la música contemporánea. Como en esta ocasión, ha dirigido el estreno mundial de más de 170 obras e interpretado 110 estrenos nacionales. Su formación desde la niñez, en Morelia, Michoacán, lo ha llevado a más de 32 países, donde ha cultivado un repertorio sinfónico, escénico y multidisciplinario.
Como violinista, director y compositor, ha colaborado con importantes orquestas y solistas, así como en proyectos televisivos y radiofónicos, trabajo que, junto con su talento, lo ha hecho merecedor de prestigiosos premios y distinciones en México y el mundo.
La gala comenzó con dos estrenos mundiales. Primero, Nostalgia de lo intangible (2025), de Roberto Morales Manzanares (proyecto impulsado por el Sistema Nacional de Creadores 2022-2025), donde aborda los tópicos del tiempo y lo irrecuperable, con una participación destacada de la flauta y el piano. Recordar un lugar en la música que ya no existe, señaló el propio autor al respecto de la obra.
A lo largo de su trayectoria, se ha calificado a Morales-Manzanares como un músico curioso, explorador e hiperactivo que mezcla los conocimientos de la música tradicional con las herramientas modernas y cibernéticas, por ejemplo, generadores sonoros electrónicos, interdisciplinarios y multimedia. Incluso, el compositor es creador de un software asistente de composición, orientado a la aplicación de reglas con análisis probabilístico y resultados aleatorios.
Luego llegó el turno para Sinfonía Núm. 1 (2023), del guanajuatense Francisco García Ledesma, motivada en cinco ideales propios del compositor: la vida, la esperanza, la fraternidad, el amor y la muerte, a través de acordes estructurales precisos donde el tempo y el movimiento varían en su velocidad y ritmo para regresar posteriormente. En la orquesta, destacan los instrumentos de percusión básicos, a los que se añade un piano.
Los tres momentos de esta obra son contrastantes con un lenguaje modal contemporáneo y una escritura musical tradicional. En esto último, se puede apreciar la influencia de los músicos mexicanos José Pablo Moncayo, Silvestre Revueltas, Salvador Contreras y Carlos Chávez.
Después del intermedio, el público disfrutó dos estrenos en el estado, comenzando por la Sonante Núm. 9 (1978), del mexicano Manuel de Elías, en cuya obra, particularmente en sus 12 sonantes, impera la atención al sonido como materia prima y vértice de todo trabajo de creación musical, variando la dotación instrumental en cada una.
En esta pieza, destacan la viola, el fagot, el oboe, el clarinete, el bombo y el timbal. La combinación de una estructura seccional marcada por las pausas y los silencios, el drama interno de las combinaciones sonoras, los contrastes dinámicos y de estado de ánimo permiten concebirla como un breve y compacto concierto.
Por último, la audiencia apreció la suite de El mandarín milagroso, pantomima Op. 19 (1918-1919), del húngaro Béla Bartók, obra expresionista inspirada en el cuento A csodálatos mandarin (1916), de Menyhért Lengyel, considerada, en su origen, una pantomima grotesca y destinada al entretenimiento de la clase baja.