Maestro Tomás Bustos Muñoz/Paulino Lorea
Si en México ya hubo una guerra de los pasteles, por qué no habría una guerra de los teléfonos, así de bizarra es la ofensiva que, una vez más, el presidente López Obrador orquesta contra periodistas.
En ambos casos, los motivos que encendieron el conflicto son surrealistas, en la primera intervención francesa en México (1838-1839), la denuncia de un restaurantero francés, al acusar ante su gobierno que unos oficiales del presidente Santa Anna se comieron unos pasteles sin pagar la cuenta, terminó de encender el conflicto armado entre ambas naciones, ahora, el conflicto -por fortuna- no es bélico, pero sí enciende las alarmas de nuevo.
Esta vez la enésima ofensiva contra periodistas del presidente López Obrador fue al revelar el número telefónico de la corresponsal del periódico New York Times, Natalie Kitroeff, durante la conferencia mañanera después de señalar que el periódico preparaba un reportaje en el que, presuntamente, la DEA investigaba posibles nexos entre el narco con colaboradores cercanos al mandatario y en el que también podrían estar involucrados sus hijos.
Después el hijo mayor del mandatario denunció en su cuenta de X que se filtró su número telefónico y como en cascada salieron al dominio público números de otros teléfonos de periodistas, inclusive, de las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Así como la denuncia de un restaurantero francés detonó en un conflicto internacional, ahora -guardadas las distancias- la supuesta ingenua revelación del presidente atizó la hoguera.
La periodista del New York Time dijo (a W radio) que la declaración del presidente es preocupante e inaceptable y recibió por respuesta de López Obrador que no fue un error y que lo volvería a hacer, también el mandatario reclamó a Youtube por bajar de esa plataforma la conferencia matutina donde se revela el teléfono de la reportera.
El problema no se reduce a una simple guerra de teléfonos, es el reflejo de un ataque sistemático y mezquino orquestado desde la silla presidencial, contra periodistas, quienes coinciden que nunca antes en la historia moderna de México se había dado una ofensiva tan voraz contra periodistas y medios de comunicación en México.
Recientemente, durante la Séptima Semana del Periodismo y la Comunicación, realizada por la Fundación para la Comunicación y el Periodismo A. C., en Pachuca, Hidalgo, periodistas como Daniel Moreno, director de Animal Político, Francisco García Davish, director de la agencia informativa Quadratín y Verónica Ayala, del equipo de investigaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, quien participó en la investigación de La casa gris del hijo del presidente López Obrador, coincidieron en señalar que es evidente que el Estado mexicano aprovecha su estructura y poder para denostar, a la más mínima provocación, el trabajo serio, objetivo y vertical de las investigaciones que se publican y que tocan la cúpula del poder pero, sobre todo, a la familia del presidente.
Así de raquítica está la propuesta de temas torales en el discurso presidencial, que quiere callar a telefonazos al periodismo crítico de este país.