
Cerebros dormidos/Nancy Fonseca
La sanción de 97 mil pesos que debe pagar “lady racista” y las otras medidas cautelares que debe cumplir por discriminar a un policía de la Ciudad de México, me parece ejemplar. Con este se marca un precedente sobre lo grave que puede resultar agredir a cualquier persona por su apariencia física, orientación sexual, raza, religión, cualquier otra razón o por un enojo desmedido sin control de las emociones y carácter, aunque eso es otro tema.
No dejar pasar este hecho y que vaya caminando en el ámbito legal, es buena señal de que los videos de esta naturaleza que se exhiben en redes sociales sirven para algo más que el efecto viral.
La mujer argentina que agredió a principios de julio a un policía en la colonia Condesa en la Ciudad de México fue vinculada a proceso por el delito de discriminación y las medidas cautelares que le fueron impuestas son: ofrecer disculpas públicas al policía agredido, tiene prohibido salir del país, debe acudir mensualmente ante las autoridades judiciales de la CDMX, realizar servicio social obligatorio en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y deberá acudir a pláticas de sensibilización sobre discriminación. Aunque este último punto puede parecer al que menos se tome importancia, no le vendrían bien unas clases sobre respeto e igualdad.
El hecho de que la mujer fue abucheada al salir de los juzgados donde le aventaron agua y refrescos la gente que ya la esperaba es tratar de hacer justicia por propia mano algo que corresponde a la autoridad, pero es reflejo del hartazgo de la sociedad de querer castigar a quien hace daño y no pasa absolutamente nada, por ahora en este caso es distinto, toca además reflexionar si en nuestros actos o conversaciones cotidianas cometemos algún tipo de discriminación o dentro de nuestro vocabulario usamos palabras que pueden ser ofensivas para alguien mas, si queremos caminar hacia una convivencia en paz y salir de la hostilidad, es momento de revisar nuestros comportamientos con las y los demás.
Un factor clave en este caso para que hubiera justicia o por lo menos castigo para quien discrimina fueron las redes sociales, las reacciones y reproducciones virales lograron el alcance que tuvo en el debate público, sin ello no hubiera pasado absolutamente nada como muchos otros ejemplos que quedan sin ningún efecto, eso es parte de las ganancias que debemos utilizar en esta era digital.