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DOLORES HIDALGO, Gto., 26 de marzo de 2024.- La historia de Rolando ilustra cómo la unión puede derribar las barreras educativas más desafiantes. En Dolores Hidalgo, su valentía y determinación han encendido la esperanza, mostrando un coraje que trasciende.
A pesar de los desafíos diarios de su familia en Dolores Hidalgo, el regreso a la escuela para Rolando parecía inalcanzable. Sin embargo, la fe de su madre, Margarita Méndez, y la generosidad de las mentoras Alejandra, Julissa y María Elena hicieron que ese sueño cobrara vida. Impulsado por su amor y apoyo, Rolando retornó a las aulas con lápices y libros en mano.
Esta muestra de solidaridad no solo transformó la vida de Rolando, sino que también sembró una semilla de esperanza en toda la comunidad. Las mentoras, al convertirse en “madrinas” de la educación de Rolando, trascendieron su deber profesional, tejieron lazos de humanidad y comprensión que perdurarán más allá de las aulas.
La historia de Rolando destaca el poder transformador de la solidaridad y el compromiso comunitario, recordándonos que juntos podemos superar cualquier obstáculo. Hoy, en la Secretaría de Educación de Guanajuato, reconocemos que su historia marca el inicio de un viaje hacia un sistema educativo más inclusivo y humano, donde cada niño y niña tenga la oportunidad de alcanzar sus sueños, sin importar las circunstancias. En la solidaridad encontramos la verdadera esencia de la educación, y en el compromiso de nuestra comunidad, encontramos el poder para transformar el mundo.