
Polos de Bienestar: el nuevo rostro del desarrollo regional en México
Nos quejamos de la corrupción a gran escala en México pero a veces ni siquiera somos conscientes de que en algunas ocasiones somos parte de ella.
Tuve una experiencia muy desagradable en una universidad de mucho renombre en México a dónde uno de sus directores de carrera muy entusiasmado me había invitado a dar clases, todo iba bien, en realidad los sueldos son una broma, para lo que le cobran a los alumnos uno esperaría que le pagarán bien a sus maestros pero el mejor sueldo que era el que me ofrecieron en ese momento era 400 pesos por hora (claro sin contar la hora de preparar la clase, la hora de calificar exámenes y las horas de atender alumnos fuera de clases) el tema es que yo había aceptado por qué le tengo amor a esa universidad (que no diré nombre para no afectarlos) y tengo esperanza en los jóvenes y en nuestra responsabilidad de orientarlos y guiarlos ante un mundo que se pone cada vez más complicado. Todo iba bien hasta que la encargada del proceso de reclutamiento me dice que mi título de maestría en el extranjero necesita otros documentos y que había sacado malas calificaciones. Fue mi primera sorpresa, que una institución que se jacta de internacional no supiera que en Chile 7 es el equivalente a 100 en México. Pero bueno, le expliqué y ella pasó la pena de su vida, lleva 20 años trabajando ahí. Acredite todos los documentos que solicitó, algunos incluso extra que me dieron en mis dos universidades en el extranjero para ayudar a complementar la acreditación, sin embargo pedían cosas que simplemente ya se habían cubierto con los demás documentos. Me pusieron demasiadas trabas y yo no entendía por qué, hasta que supe que los profesores aseguran horas al semestre para lograr un sueldo base, supongo todos están coludidos con esa mala práctica que no permite que ingresen nuevos profesores con buen perfil a enseñarle a los jóvenes. Si entraba una profesora nueva sería horas menos para alguien más.
Caí en cuenta de la corrupción que también se da en las universidades en dónde se prestan a esto los maestros. Al final lamente no dar clases ahí por que sabía que los que perdían eran los alumnos. Nunca dije nada sobre esto, fue ya hace algunos años, pero hoy quiero exhibirlo para que los consejos de las universidades pongan atención a estás malas prácticas de los profesores y los administradores que al final del día solo terminan afectando a la institución y privando a los jóvenes de tener buenos maestros que en realidad trabajan por amor al arte con esos sueldos tan lamentables.
Es una realidad, la corrupción está en todos los rincones, es un tema cultural que normalizamos pero que tenemos que ir cambiando si queremos que México mejore. Le llamo la corrupción hormiga, que son pequeñas acciones que realizamos los ciudadanos en la vida cotidiana que creemos que no afectan a nadie aunque sean moralmente incorrectas o ilegales, que no son los desfalcos millonarios de los gobernantes pero que al final del día también son actos de corrupción, corrupción hormiga que también envenena a nuestro país.