
Columna descomplicado/ Jorge Robledo
La frase de Martin Luther King que dice: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos.” es un reflejo de lo que está pasando actualmente en el mundo y a todos los niveles, desde los temas de corrupción en lo local hasta los temas de guerra en lo internacional.
Y es que seguramente hay mucha gente buena en el mundo que se considera “buena” por qué no le hace daño a nadie, pero tampoco evita que se lo hagan a los demás y a mí parecer ahí es cuando dejas de ser bueno y te pasas al grupo de los indiferentes, por qué la gente buena que calla está avalando y aunque quizás si son buenos también son cobardes por qué les da miedo hablar ante la injusticia, por qué aunque ellos no roban son testigos de los desfalcos y deciden mirar a otro lado, por qué les da miedo el que dirán o que los saquen de cierto círculo social por pensar diferente y empezar a incomodar con verdades que ofenden a veces a los presentes.
Para cambiar el mundo no solo basta con ser buenos sino también con ser valientes, aprender a nadar contra la corriente y empezar a ser diferentes.
Por ejemplo, es increíble ver cómo aún hay personas que apoyan lo que está pasando en Gaza. Niños que están muriendo diario ya no solo por los bombardeos sino de hambre y por las condiciones insalubres a las que se están viendo sometidos.
¿Bajo que argumentos se puede seguir justificando eso?
Por eso Luther King externaba esa preocupación, por qué aunque hay gente buena en el mundo pareciera que están dormidos o que tienen miedo y al final del día aunque los malos son menos se atienen a la inmovilidad de las mayorías a las que en serio nos importa que el mundo se convierta en un lugar mejor para vivir.
No sé requiere buscar un Nobel de la Paz para empezar a actuar y a volvernos además de buenos, personas valientes. Por qué al final del día así empiezan los grandes cambios y las grandes revoluciones, con la voz de uno que logra hacer coros resonantes en todos los rincones.