
Complacencia social
Made in USA
La apuesta del gobierno mexicano de colocar en la mira a fabricantes y comercializadores de armas de Estados Unidos, que trafican de forma ilegal sus productos y los ponen en manos de grupos criminales en territorio nacional, pone a prueba al gobierno del presidente Donald Trump, para saber si su intención de combatir al narcotráfico se mantiene firme, pese a afectar intereses económicos millonarios de la industria armamentista de su país.
La información es contundente, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), que pertenece al Gobierno de los Estados Unidos, reconoce que hay hasta 9 mil distribuidores de armas de fuego ubicados en la frontera con México, particularmente en ciudades de estados como California, Arizona, Nuevo México y Texas.
En su reporte refiere por ejemplo, que en El Paso, Texas -que separa a México únicamente por el Río Bravo de Ciudad Juárez-, hay instalados hasta 92 distribuidores o en Dallas, hay 86 distribuidores de armas que abastecen a organizaciones criminales, datos actualizados a enero de 2025.
Los esfuerzos recientes del gobierno mexicano de que exista una verdadera colaboración por parte del gobierno de Estados Unidos, tiene un antecedente interesante, en el 2021 el gobierno mexicano demandó ante una Corte Federal en Boston, E.U. a 11 compañías productoras y distribuidoras de armas de promover prácticas comerciales: “negligentes e ilícitas, que facilitan el tráfico ilegal de armas a México”.
Esa demanda fue acompañada de datos del ejecutivo mexicano, que refería que cada año se trafica de forma ilegal más de 500 mil armas desde Estados Unidos, y sólo en el 2019 fueron responsables de más de 17 mil homicidios dolosos. La demanda quedó congelada para mejores tiempos, la pregunta es si esos tiempos llegarán con el segundo mandato del republicano Donald Trump y su cruzada para acabar con carteles de la droga mexicanos, que quiere escalar a la categoría de terroristas.
Recientemente fuentes cercanas al gobierno de Donald Trump revelaron que Estados Unidos ha puesto sobre la mesa, al menos seis estrategias utilizadas en otras partes del mundo como Medio Oriente, para desarticular a los carteles de la droga mexicanos, destacando: Inteligencia y vigilancia satelital, uso de drones, operación de fuerzas especiales, guerra cibernética e Inteligencia Artificial, entre otras.
Todo parece indicar que Trump está determinado a llegar a las últimas consecuencias en su lucha contra narcotraficantes mexicanos, lo que debe medir bien son los niveles de corrupción en México que, se ha denunciado, llegan a los tomadores de decisión del gobierno federal, inclusive, en una reciente conversación entre las periodistas Carmen Aristegui y Anabel Hernández, se reveló que el narcotraficante El Mayo Zambada, detenido en Estados Unidos, ya está colaborando con autoridades de ese país, dando nombres y apellidos de políticos mexicanos, incluyendo expresidentes, coludidos con el grupo criminal que encabezó por años.
Hay que recordar que en 2019, en el #SedenaLeaks, documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) revelaron que un proveedor de armas para un grupo criminal tenía su base de operaciones en el Campo Militar Uno de la Ciudad de México, y otro cerca del octavo regimiento en Almoloya. Los criminales compraban granadas de fragmentación en 26 mil pesos por unidad y pedían municiones.
Un ejemplo de la colaboración de Estados Unidos con otros países, fue la caída de Pablo Escobar en Colombia, a inicios de los 90, al crearse un bloque de búsqueda de la policía con apoyo de personal especializado de Estados Unidos, aunque no fue con la pulcritud que presumió el gobierno norteamericano, pues hay datos de que miembros de la DEA y la CIA, se unieron de forma anónima a líderes criminales que luchaban contra Escobar, con el objetivo común de liquidarlo, es decir, en algún momento alguien hace el trabajo sucio.
Es una realidad que el lucrativo negocio de la venta y tráfico ilegal de armas Made in USA a territorio mexicano, involucra una cadena de negligencias, omisiones y corrupción en ambos lados de la frontera, ¿será que esta vez se logrará el objetivo?.