Maestro Tomás Bustos Muñoz/Paulino Lorea
“Yo soy yo y mis circunstancia”, reza la frase más famosa de José Ortega y Gaset, pero casi nunca se menciona el complemento del texto del filósofo español: “si no la salvo a ella, no me salvo a mí”.
Circunstancia se puede definir como aquello que no controlamos de nuestra vida, lo que podemos llamar también factores externos.
La avalancha de apoyos que ha recibido la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, para ser la abanderada del partido demócrata a la presidencia de su país, le da aire renovado al escenario político-electoral de esa nación.
El respaldo empezó por el mismo presidente Joe Biden, una vez que el mandatario anunciara su retiro de la contienda, se sumaron Bill y Hillary Clinton ex secretaria de estado y gobernadores de peso como el de California y la de Michigan, no lo ha hecho aún el ex presidente Barack Obama.
Quedan poco más de tres meses para la elección presidencial en Estados Unidos y los demócratas están contra reloj, primero para elegir al nuevo candidato o candidata oficial en la convención que tendrán en Chicago a partir del 19 de agosto, y después para buscar derrotar al: Mesías, como le llaman a Donal Trump después del atentado fallido en su contra.
En su comunicado de apoyo a Harris, los Clinton refirieron: “Hemos vivido muchas altas y bajas, pero nada ha preocupado más a nuestro país que la amenaza que supone un segundo mandato de Donald Trump”.
De madre india y de padre jamaiquino, Kamala Harris es la primera mujer en la historia de Estados Unidos en ocupar el cargo de vicepresidenta, antes se convirtió en la primera mujer negra y sudasiática en ocupar el cargo de Fiscal en California, entre otros logros profesionales importantes.
Aunque en México vemos el desarrollo de la contienda a distancia, el tema es de vital importancia para la relación bilateral histórica entre ambas naciones y Donald Trump ha dejado evidencia de cómo gobierna y ha dejado clara su intención de retomar la política migratoria: Tolerancia cero.
Las imágenes que mejor ilustran las deshumanizadas medidas ordenadas por Trump, fueron las jaulas instaladas en Texas, en las que los menores de edad eran separados de sus padres y sus progenitores deportados.
En 2016 Hilary Clinton buscó ser la primer presidenta de Estados Unidos y fue detenida por un golpe de realidad en el que, millones de estadounidenses eligieron un discurso anti migratorio, que alentó la discriminación racial, dándole el triunfo a Donald Trump.
Casi ocho años después, la amenaza de que Trump obtenga un segundo mandato es latente, sin embargo este golpe de timón en el bando demócrata es un revulsivo que intentará revertir la elección, ¿Si no es Kamala y sus circunstancias, quién?, que represente las circunstancias de millones de migrantes que han llegado sin recursos a Estados Unidos y han trabajado a contra corriente, quién que pueda representar el sueño americano basado en la cultura del esfuerzo.
No se vislumbra en el partido demócrata una figura con posicionamiento nacional que pueda dar, en tan poco tiempo, una batalla digna contra el envalentonado candidato republicano. Lo que será interesante ver -en caso de que Kamala obtenga la candidatura demócrata- es un primer debate Harris-Trump y saber, después de la elección, quien completa la frase de Ortega y Gaset: “si no la salvo a ella, no me salvo a mí”.