![Obra](https://bajio.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2024/07/PAULINO-LOREA-IMG-107x70.jpg)
Colegio Lourdes, 85 años educando/Paulino Lorea
Primero conocernos, después entendernos para así poder tomar las mejores decisiones respecto a: ¿Cómo vivir?…
Saber no es suficiente: ¡Para vivir bien hay que actuar!
La mayoría de nosotros nos hemos visto en situaciones de la vida en dónde no sabemos qué hacer, cómo actuar o qué pensar, a veces buscamos aprender sobre diferentes temas para enriquecernos o ser mejores, en otras terminamos recibiendo consejos, tomando cursos, estudiando, leyendo libros o columnas de periódicos o hablando con personas de confianza. Escuchamos y aprendemos sobre posibles soluciones, pero: ¿Entonces, por qué nuestras vidas siguen igual, parece que nada se resuelve y no avanzamos?
En una ocasión escuché decir al papá de un amigo: “Siempre he sabido cuál es el camino correcto, pero no siempre lo he tomado”. Con el paso del tiempo, esta frase fue adquiriendo cada vez más sentido; me ha sucedido y me atrevo a decir que de alguna manera todos nosotros hemos pasado por algo parecido. Sabemos infinidad de cosas que hacen bien a nuestras vidas y sabemos lo que es correcto, así como conocemos lo que restringe el desarrollo de nuestro potencial. Veamos algunos ejemplos de acciones que enriquecen nuestras vidas, de las que sabemos con certeza que son positivas: comer bien y sano incluyendo frutas y verduras, dormir el tiempo suficiente, hacer ejercicio diario, ayudar al prójimo, no corrompernos ¿Lo hacemos?, ¿por qué no, si sabemos que nos convienen? ¿Por qué nos excedemos en el consumo de alimentos o sustancias que sabemos que nos hacen daño, como la comida chatarra, el azúcar, las bebidas alcohólicas, drogas o cigarros? ¿Acaso no sabemos que nos hacen daño?, ¿no lo entendemos? ¿Por qué hacemos cosas que nos dañan y dañan a otros y dejamos de hacer cosas nos benefician? ¿Por qué seguimos en relaciones que nos lesionan o tratamos con personas negativas? ¿Por qué tratamos de abusar del que podemos, por qué engañamos y mentimos para sacar un beneficio? ¿Por qué no hacemos el cambio que deseamos en nuestras vidas? ¿Por qué no seguimos los consejos que les damos a nuestros hijos?
Respecto a las cosas que tienen que ver con nuestro cuerpo y nuestra salud, creemos que nada nos va pasar, que no formamos parte de la estadística ¡Somos estúpidos!, nos controlan los deseos y priorizamos el disfrutar y el placer sobre la salud. Como el daño no es evidente, es lento y no se manifiesta en el corto plazo, creemos que nada pasa, hasta que nos enteramos que algo ya pasó y no tenemos más alternativa que vivir con sufrimiento.
Con respecto a otros aspectos de nuestras vidas, como nuestro trabajo, relaciones de pareja, sexualidad, asuntos familiares, éxito laboral o la realización de nuestros sueños, entre otros, en general creemos que tenemos más tiempo y dejamos todo para mañana, damos por sentado que la vida continúa y postergamos el cambio o las acciones que nos nutren y ayudan a los demás, o simplemente esperamos que algo externo venga a resolver nuestra situación o ver si esta se compone sola o esperamos que los demás o nuestra circunstancia cambie, que el próximo presidente lo haga mejor, que nuestro jefe nos valore, que cambie nuestra suerte o peor, esperamos a ver si Dios me escucha y me hace el milagro…
Un error que muchos comentemos es no ser conscientes de nuestra humanidad, de cómo somos, de la temporalidad de nuestra vida y todo por no razonar, vivimos idos, como zombis, dormidos; otro es la falta voluntad, de carácter, de decisión. Nuestra mente se encuentra en un círculo vicioso de hábitos tanto físicos como mentales y postergamos el cambio, básicamente nuestra mente nos controla en lugar de tomar nosotros el control de nuestras vidas y hacer lo que debemos hacer. No olvidemos a Einstein: Si hacemos lo mismo ¡Va a suceder lo mismo! ¿Cuántas personas “inteligentes” cometemos los mismos errores? Saber y entender las cosas no es suficiente: ¡El cambio requiere acción!
¿Qué debemos hacer para comenzar a actuar? ¡Decisión!… Lo primero, entender que todo sucede en nuestra mente, cualquier tipo de práctica de meditación o yoga nos va a beneficiar, ¿por qué?, porque es como llevar a nuestra mente al gimnasio y hacerla más fuerte; ojo, nada tiene que ver con religiones. Lo segundo, mejorar la química de nuestro cuerpo (lo que incluye la mente), comiendo sano, haciendo ejercicio, durmiendo lo suficiente y tomando suficiente agua. Si la química de nuestro cuerpo está desequilibrada, afecta cómo nos sentimos, nos terminan ganando nuestras emociones y en lugar de tomar el control quedamos a expensas de las sensaciones de nuestro cuerpo como si fuera un auto sin conductor. Lo tercero,mejorar nuestros hábitos, al respecto recomendamos el libro “El poder de los hábitos”, de Charles Duhigg, en dónde nos explica cómo funcionan los hábitos en cada uno de nosotros y como tomar el control de ellos.
¡Entendamos!, en nuestra vida, nosotros somos el problema y la solución. Como dijo Confucio: “Quien se conquista a sí mismo es el guerrero más poderoso”… ¡Así de sencillo!