Descontento con la democracia 08 de enero de 2025
Cuando escuchamos en el calor de la campaña presidencial que se puede vivir bien sin trabajar, pienso en niños, algunas personas jubiladas, y unos cuantos afortunados. Pero si lo razono bien, claro que es una ofensa. Habemos quienes, debemos tener más de un trabajo para vivir más o menos dignamente.
En México hay familias enteras entre niños y adultos que deben trabajar para salir adelante.
Los apoyos sociales que da el gobierno federal no alcanzan para todos los gastos ni para todas las personas. Esos recursos que en el fondo tienen un sentido electorero, no son suficientes para cubrir los gastos de los beneficiarios.
Si bien la actual administración federal ha aumentado el gasto social respecto del sexenio anterior más del 30% de acuerdo con datos de Coneval, no ha disminuido la pobreza extrema. Coneval advierte que casi 47 millones de personas viven en pobreza, esto es 36.3% de la población total de México.
Con este contexto, el afirmar que una persona puede vivir bien sin trabajar, claro que ofende. A los datos de pobreza hay que agregar que la mayoría de los mexicanos no somos de clase alta.
Los que ganan su sueldo en salarios mínimos, sí han visto un aumento significativo, pero toda la canasta básica también ha subido de precio, así que ganar más no les ha servido de mucho. Los que no ganamos en salarios mínimos tenemos el mismo sueldo que hace años con aumentos mínimos acordes a la inflación, pero no a la par del aumento de precios.
Definitivamente el México de los candidatos no es el mismo país en el que vivimos 127 millones de personas.
No importa si recorren el país de punta a punta, ellos no pagan plaza, no ven morir a sus hijos en impunidad, no son familiares de desaparecidos que nadie busca. Ellos nunca serán víctimas de asalto ni de robo. Ellos no tienen deudas impagables ni sueñan con artículos o viajes que nunca lograrán.
Tener la vida resuelta sí nos da la oportunidad de decir que no es necesario poseer más de un par de zapatos o hasta presumir que solo cargamos 200 pesos en la bolsa. Si, presumir la austeridad desde un palacio, es un lujo que muy pocos se pueden dar.
Toda la vida hemos escuchado a guapos asegurar que es muy fácil ligar, a ricos decir que el pobre es pobre porque quiere y al inteligente afirmar que cualquiera puede sacar dieces.
Todo se ve distinto dependiendo del cristal con el que se mira. No es igual la vista desde un camión urbano, que detrás de la ventanilla en una camioneta blindada con aire acondicionado