Maestro Tomás Bustos Muñoz/Paulino Lorea
Si los candidatos son vulnerables, imagínense uno. Estamos a poco más de un mes de las elecciones del 02 de junio y en México ya asesinaron a más de 30 candidatos y han amenazado a otros tantos aspirantes, pero lo que realmente dio revuelo fue el grupo de encapuchados que encaró a Claudia Sheinbaum en Chiapas para exigir seguridad.
Si, para la candidata presidencial y para el presidente de la república todo fue un montaje de un medio de comunicación. Ciertamente el minimizar la realidad es un sello propio de la actual administración, que no ve gravedad en la muerte de candidatos, de políticos, de personas, y que no coincide con que este es el proceso electoral más violento en la historia de nuestro país, que estamos en el momento más violento en la historia de nuestro país.
Hoy, aspirar a un cargo de elección es una actividad de alto riesgo. Antes se decía que era muy difícil un atentado contra un candidato, pero en este proceso contamos muertos y amenazas casi todos los días.
Pero pensémoslo bien. La muerte y la violencia son los mejores distractores para que se cumpla cualquier capricho. Si, los ciudadanos tenemos miedo mientras el congreso de la unión aprueba los intereses de una sola persona, muy lejos de la política. Lejos de la moralidad.
Vivimos tiempos de campañas incongruentes, con candidatos reciclados que hoy despedazan al partido al que pertenecieron ayer. Si estamos en el momento más violento de nuestra historia, creo que también vivimos el peor momento para la política mexicana.
El camino al 02 de junio es doloroso e incierto, pero a estas alturas ya sabemos qué quiere cada candidato, sólo hay que escuchar e interpretar las señales.
¿Qué México queremos para el futuro?