Genio y Figura/ Francisco Buenrostro
Sólo el INE lo hizo posible
Justo cuando pensaba que nada ni nadie podría unificar criterios entre las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República, el Instituto Nacional Electoral me sorprendió y consiguió que las y el aspirante a la grande se le fueran con todo a este organismo, luego de que sus consejeros determinaran rechazar el registro de 39 mil 734 mexicanos para votar en el extranjero, registros que, por cierto, ya habían sido aprobados por el propio INE, pero ahora resulta que siempre no.
La molestia de los presidenciables no se hizo esperar, Xóchitl Gálvez, de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, dijo que “la verdad es que se pasa el INE. Ojalá se resuelva este tema y dejen (votar) a los mexicanos de los que nos sentimos orgullosos. El presidente siempre dice que son héroes, pero a la hora de votar como que ya no le gustó”.
Por su parte, el abanderado de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, apuntó que “es absurdo. No nada más es problema del INE, es problema de los diseños legales que se han hecho y de que no entendamos que en este país la nación mexicana incluye a las más de 100 millones de personas que vivimos en México, pero también a 40 millones de mexicanas y mexicanos que viven en el exterior, particularmente en los Estados Unidos y que sigamos regateando los derechos políticos de las mexicanas y los mexicanos que viven en el exterior”.
Pero no nada más ellos, la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum, también expresó su molestia al señalar que el INE no ha facilitado el proceso para que los mexicanos puedan votar desde el extranjero, ya que no solo basta con tener la credencial de elector y que no es un tema de los consulados, sino del propio instituto, asegurando que el hecho de garantizar el voto a los mexicanos que viven en otros países se llama “democracia” y criticó el comportamiento del INE respecto al proceso.
Pero eso no es todo, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador la emprendió en contra el INE al señalar que “es un tema que viene de lejos siempre, siempre se ponen obstáculos a los migrantes, por eso votan o participan muy pocos. Y se destina muchísimo dinero, supuestamente, a promover el voto en el extranjero, y al final se les limita la posibilidad de participar”.
Entre las principales razones para rechazar el registró de casi 40 mil mexicanos en el padrón electoral, según argumentaron los consejeros del INE, fue que se utilizó el mismo comprobante de domicilio para varios de los registros, lo que seguramente les pareció muy sospechoso, ya que lo más normal es que todos los paisanos mayores de 18 años que viven fuera de México tengan casa propia o por lo menos renten alguna en la que no tengan que compartir vivienda con nadie más (obviamente es sarcasmo).
Otra causa que dicen justifica que se les haya rechazado el registro a nuestros connacionales es que en lugar de firmar (sólo ellos saben dónde y cómo) enviaran una imagen de la parte posterior de su credencial para votar donde viene su firma, justamente en el documento que ellos mismos emitieron, algo que se me haría de los más normal, pero no, el chiste es complicarles las cosas a los que aspiran a sufragar.
Ahora comienza una nueva odisea para que los 39 mil 734 mexicanos que quieren ejercer su derecho a votar, y que en este momento se los están negando, solventen las supuestas irregularidades, con el tiempo encima y una burocracia electoral digna del IMSS.
Seguramente que para millones de personas que salieron a las calles o que a través de sus redes sociales manifestaron su firme voluntad de defender al organismo garante de las elecciones, otrora ejemplo de organización y profesionalismo, hoy es una lástima en lo que se ha convertido, generando más dudas que certidumbres sobre el proceso electoral, pero sobre todo de la legitimidad de los resultados del mismo.
El INE sí se tocó y bien tocado.