Punto y Aparte/Enrique Rivera
“Los Claroscuros de Pedro Páramo”
Hoy no voy a referirme a temas políticos, sino más bien a dos de mis más grandes pasiones como lo son el cine y la literatura; y es que, si bien el periodismo y la comunicación han sido mi vocación en los últimos 37 años, en su momento tuve la oportunidad de estudiar cine con el maestro Boris Goldenblac en la Escuela de Cine, Televisión y Video de la UdeG, dirigida por Daniel Varela.
Sirva esta introducción para explicar porque estaré variando los tópicos de mis colaboraciones, para tocar otros temas que espero sean de su interés también y comenzaré hablando de una película que, si bien llegó a la pantalla grande, fue producida y está ya disponible a través de la plataforma de streaming Netflix y me refiero a la más reciente adaptación cinematográfica de la obra de Juan Rulfo, “Pedro Páramo”, dirigida por Rodrigo Prieto.
De esta cinta, parto destacando que es la ópera prima del afamado cinefotógrafo mexicano que ha realizado infinidad de películas, haciendo mancuerna en muchas de ellas con directores de la talla de Alejandro González Iñarritu y Martin Scorsese.
Rodrigo Prieto tomó el riesgo de adaptar al séptimo arte la novela de Juan Rulfo, pero lo hizo de una forma honesta, respetando al texto casi en su totalidad, con una exquisita fotografía, y no podría haber sido de otra forma con él, lo que permitió obtener un producto que hace honor a la joya literaria desde la narrativa audiovisual.
La música de Gustavo Sataolalla fue el complemento ideal, que lleva la película a otro nivel, pues el músico y compositor argentino, quien ganó el Oscar en 2006, por la cinta “Secreto en la Montaña”, entre muchos otros reconocimientos, tiene una sensibilidad única que lo caracteriza en sus magistrales sinfonías.
Otro punto destacado de la película son las actuaciones, como la de Manuel García Rulfo, quien ha participado en varias películas de Hollywood y estelarizando la serie del “Abogado del Lincoln”, que va ya por su tercer temporada, el cual, en el papel de Pedro Páramo, ha logrado, en las propias palabras del histrión, humanizar al personaje, sin dejar de mostrar al tirano que manda en el mítico Comala. También las actuaciones de Mayra Batalla, Dolores Heredia y Roberto Sosa son dignas de mencionar por su gran interpretación.
Sin embargo, hay dos actores que me decepcionaron, por distintas razones, por un lado Tenoch Huerta, quien interpreta a Juan Preciado de una manera gris, más que por la intención del personaje, por la verdadera calidad de un actor que, desde mi personal punto de vista, ha sido tan sobrevalorado que le quedó grande el papel.
Y, por otra parte, Ilse Salas, según explicó en un reciente ejercicio realizado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en que parte del elenco de la película leyó extractos del texto original del libro de “Pedro Páramo” para, acto seguido, presentar ese mismo segmento de la película a los asistentes para que compararan la fidelidad de la adaptación.
Es así como Ilse Salas explicó que su personaje Susana San Juan estuvo siempre sometida a los hombres, primeramente a su abusivo padre y después al propio Pedro Páramo, lo que iba en contra de su ideología de género personal, sobre todo cuando, en un sueño onírico, Pedro imaginaba que poseía carnalmente a Susana, a lo que se resistió Ilse al grado de terminar por hacer la escena por órdenes de Rodrigo Prieto, con una molestia evidente, que, en mi opinión, es muy poco profesional de su parte.
Seguramente van a leer y escuchar muchas opiniones encontradas en torno a esta película, pero mi mejor recomendación es que la vea y juzgue por usted mismo si es en verdad la obra maestra que muchos consideramos o una pésima adaptación, lenta y aburrida, como otros más señalan.
Finalmente, el arte, incluyendo el séptimo arte, es cuestión de percepción y justo en eso radica su belleza y su magia.