
Entrenar a sacerdotes/Paty Sánchez
Todas las causas cuentan
Esta semana, la columna que les presento me fue motivada por un simple meme, en el que se ilustraba a un perro y un gato que decían “…Y si alguien nos maltrata, se va preso”, en tanto que un grupo de fetos, aún en su placenta y con su cordón umbilical muy gráfico, les contestaban “¡Caray, qué envidia!”. Así de simple, pero así de crudo, es como se hace referencia clara a que hoy por hoy, al menos desde la perspectiva de quien realizó la caricaturizada reflexión, se defienden más los derechos de los animales que los de seres humanos que todavía se encuentran dentro del vientre de su madre, en plena gestación, quienes corren el riesgo de nunca nacer al ser abortados.
Mi punto de vista, personalísimo, es que una cosa no se contrapone a la otra… ¿Por qué tenemos que tomar una sola bandera? Es decir… ¿Si protegemos a los animales ante la crueldad humana, no podemos defender ninguna otra causa acaso? Creo que son expresiones muy pobres de pensamiento, que por defender una posición piensan que las demás no cuentan.
Y, en este punto, quiero ser muy claro, no estoy a favor del aborto, por lo menos no del que se pretende aprobar en todas las legislaciones, las veces que sean necesarios y subsidiados por el gobierno, pero pagados por todos nosotros, no, claro que no… Pero tampoco soy radical en ese sentido y creo que las leyes, al menos en lo general, contemplan excepciones a embarazos de alto riesgo, productos de una violación o por daño congénito; porque, fuera de esas consideraciones, un embarazo no se interrumpe, sino que una vida se quita de tajo.
Sin embargo, ésta es sólo mi postura, que espero sea respetada, como respeto todos los demás puntos de vista, porque lo que menos quisiera es que piensen como yo, eso es para radicales y no es mi caso imponer mi opinión, sólo la comparto.
Retomando el ejemplo inicial, claro que estoy a favor de los derechos de los animales, quienes son inocentes víctimas de la indiferencia y, peor aún, la maldad de muchas personas que son capaces de lastimar cobardemente a una criatura que en nada los puede afectar y celebro que el maltrato animal esté cada vez más severamente penado, pero de eso a que sea insensible a otros temas que también requieren nuestra atención y solidaridad como sociedad hay una gran diferencia.
Ojalá que cada vez podamos ser más empáticos, no sólo con los animalitos, sino también con asuntos tan básicos como el rescate de valores, el respeto a los demás o incluso el amor al prójimo, término que se asocia a la religión, pero que va mucho más allá de un credo, es algo tan fundamental como que el amor en todas sus formas nos librará del odio, la soberbia, el egoísmo y de muchos otros sentimientos negativos que nos llevan a pensar que nuestra causa, sea la que sea, siempre será mejor o más importante que las de los demás… Para llevarse bien no se necesitan las mismas ideas, se necesita el mismo respeto.