
Justicia laboral digna en Guanajuato/Paulino Lorea
De la presidenta Sheinbaum se ha esperado mucho. Parte importante, mayoritaria, aunque no la más relevante tiene que ver con la expectativa de continuidad. Otro segmento, enfrentado con López Obrador, sus formas y gobierno, esperan de la presidenta un cambio; para anticiparlo se alude a la distinta formación, género y a sus antecedentes académicos, entre otros atributos. Para los primeros que el proyecto y los beneficios continúen; para los segundos que la pesadilla llegue a término.
Este tipo de análisis reproduce una práctica común en analistas y politólogos, también de historiadores y buena parte de quienes comentan los asuntos públicos. Se trata de referir al sistema por quien ocupa la presidencia. Así se habla del porfirismo, callismo, cardenismo, alemanismo, salinismo y ahora el obradorismo. Sin embargo, existe otra forma de conceptualizar, más integradora y que rebasan a la persona y privilegian la orientación política o económica: caudillismo, priísmo, neoliberalismo, populismo, etc.
La nota completa en Quadratín Yucatán