Gratitud/Norberto Gasque Martínez
No imagino “Un Nuevo Comienzo en el campo” sin un cambio cultural en la forma de producir alimentos, basado en la educación, la formación humana y la capacitación como estrategia de Seguridad Alimentaria que privilegia la agricultura regenerativa y el cuidado de los recursos naturales.
Tampoco imagino “Un Nuevo Comienzo en el campo”, sin un cambio nacionalista en las políticas públicas para privilegiar el desarrollo rural y la seguridad alimentaria del pueblo, antes que las exportaciones o la atención a empresas trasnacionales.
Hoy en el mundo se percibe un movimiento nacionalista que privilegia la atención de los ciudadanos sobre intereses políticos o económicos; lo suscribo; el primer deber de cualquier gobierno (y gobernante) es cuidar al pueblo que lo eligió y garantizarle, basado en un trabajo honesto, una vida digna (coincido con San Pablo: “El que no trabaje, que no coma.”); entendiendo por vida digna el acceso a: 1.- Alimento suficiente y de calidad. 2.- Servicios de salud de calidad. 3.- Techo –vivienda. 4.- Vestido. 5.- Educación de calidad. 6.- Un trabajo digno. 7.- Paz y seguridad (certezas). 8.- Movilidad. 9.- Acceso al deporte, y 10.- Tiempo de ocio y diversión…
Siempre he creído y sigo creyendo que la vocación central del campo es alimentar al pueblo; lo que hace necesario el diseño de política públicas acordes al objetivo y un rediseño de las secretarías de agricultura estatales (SDAyR) y la federal (SADER), para reorientar su función con base en políticas públicas y programas que garanticen la seguridad alimentaria y den sustento al desarrollo rural que, desde la diversificación de cultivos, la regeneración de los suelos y la rentabilidad de la producción apoyada en ciencia e innovación atienda los mercados locales y regionales y garantice una buena vida a los pequeños productores para generar arraigo en el campo. Todo esto en tanto con formación humana se reconstruye el tejido social, se promueve la organización productiva y con educación y capacitación se cuida del medio ambiente y de los recursos naturales como estrategia para paliar los efectos del Calentamiento Global, obvio, evitando el uso de agroquímicos y viendo por el rescate productivo de los suelos.
En tanto en el campo se privilegien las leyes del mercado, las de la oferta y la demanda y se comercialice en función de la rentabilidad, los ricos comerán bien, los agroindustriales se harán ricos y los pobres tendrán hambre; lo mismo si se priorizan los mercados de exportación, una aberración cuando existen en México más de veinte millones de compatriotas con pobreza alimentaria, es decir, que no comen tres veces al día; lo que es semilla de conflictos sociales y de liderazgos populistas que ofertan el oro y el moro y venden espejitos.
El deterioro de la tierra es un hecho que afecta la producción de alimentos, que aunado al cambio climático y a la contaminación, amenazan la vida en el planeta. El crecimiento de la población es una realidad que tiene diferentes efectos e impactos en la vida en el planeta: 1.- Al ser más, ocupamos más espacio y como consecuencia se lo quitamos a otras especies o a los bosques, valles y llanuras. 2.- Al ser más, producimos más basura y contaminamos más, pero también consumimos más recursos y nos acabamos los recursos naturales, muchos de ellos no renovables, es decir, nos acabamos el planeta que se extingue como una vela. 3.- Al ser más, requerimos de procesos industriales para obtener los bienes que requerimos y así alteramos y destruimos el entorno… y podemos seguir con una lista cuyo corolario es que el crecimiento al infinito en un planeta finito (redondo), ¡es insostenible!… Lo que obliga a tomar medidas urgentes, ¿pero cuáles?…
En mi opinión, para el campo con cuatro estrategias:
La primera, constituir un equipo de investigadores, maestros y científicos en cada estado (Comunidad del Conocimiento) que diseñen las currículas educativas para enseñar todo lo que se necesita sobre Agricultura Regenerativa, Agroecología y Permacultura, más las técnicas que surjan para revertir el daño ecológico al tiempo que de forma paralela se recuperan los recursos naturales y se restituyen los ciclos naturales del agua en tanto se reconstruyen los ecosistemas (bacterias, insectos, carbono, lombrices, hormigas, micorrizas, etc.) que sustentan la vida que produce vida.
La segunda, fundar La Universidad de la Tierra Gto. (rancho escuela agropecuario y forestal en cada estado), donde se enseñará todo lo mencionado sobre la recuperación de suelos, el cuidado de los recursos naturales y el aprovechamiento de la tierra para producir de manera sustentable y rentable, para formar formadores, es decir, capacitar productores de todos los municipios y regiones del estado para que regresen a sus lugares de origen llevando los conocimientos aprendidos y así multiplicar las producciones regionales y el cuidado y aprovechamiento de los recursos para garantizar el combate a la pobreza rural y, con una producción suficiente para lograr ¡la seguridad alimentaria total!.
La tercera, como estructura educativa para los formadores, para transmitir los conocimientos aprendidos de forma vivencial, de manera regional propongo la construcción de huertos escuela (MinigranjasGTO estatales), que orientados a la producción diversificada en función de clima, tierra y agua (vocaciones productivas) capacitando a los pequeños y medianos productores se obtenga una producción suficiente y rentable para atender mercados locales y regionales (seguridad alimentaria regional).
La cuarta, como estrategia de desarrollo regional, bajo el concepto de Agroindustrias Estatales de Guanajuato (Propuesta para constituir una red de agroindustrias regionales innovadoras, orientadas al mercado y con tecnología de punta para combatir la pobreza generando riqueza y así propiciar la transición de personas, grupos vulnerables e indígenas, comunidades, pueblos y regiones, del sector asistencial al sector productivo, como base del desarrollo sustentable e integral del Estado de Guanajuato <y de México>) constituir unidades de producción cuyo objetivo será, con los excedentes (una vez cubiertas las necesidades alimentarias de la población), atender mercados nacionales y de exportación para, desde la organización social para la producción (sugiero modelos cooperativistas), generar riqueza y empleo… Así imagino “Un Nuevo Comienzo en el campo” para combatir el hambre y dejar un planeta habitable a futuras generaciones… Así de sencillo.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador