Bautizo/Norberto Gasque Martínez
El alcalde de Nueva York advirtió: “-¡El problema de migración ilegal va a destruir la ciudad!, ¡ya el presupuesto se agotó!…”
Por miles están llegando mes a mes a Nueva York (y a otras ciudades de USA), migrantes ilegales que tienen que dormir en la calle; gente que no cubrió los requisitos y trámites para obtener una visa o permiso de entrada, gente que no tiene un lugar o familia que los reciba y lo peor, gente que no tiene un oficio o un trabajo, lo que genera un problema social y económico que conduce un fenómeno de esclavitud disfrazada al ser explotados laboralmente o eventualmente captados por pandillas o por el crimen organizado.
El problema nace en México al dejarles entrar de forma ilegal, la mayoría de ellos solo cruzando rumbo a USA; después se recrudece en Texas, estado fronterizo con México que con una política equivocada de fronteras abiertas de forma ilegal, se convierte en tapete de paso para migrantes (por órdenes superiores) que buscan violentar al frontera con USA, colándose como ilegales, en dónde, en mi opinión de manera correcta, el gobernador tejano, Greg Abbott, instruyó a sus policías para detener a los ilegales, subirlos a un autobús y enviarlos a Nueva York en dónde sus autoridades y legisladores, “buena onda y humanistas”, legislaron para atender a los recién llegados, bajo el concepto de Ciudad Santuario (De Internet: “La inmigración ilegal no disminuyó, sin embargo, sí aumentaron la discriminación y el maltrato. Ante esta situación, algunas ciudades de los Estados Unidos apoyaron a los inmigrantes indocumentados a través de políticas formales o informales, estas ciudades son conocidas como “ciudades santuario”). Señalo que de manera correcta, porque el gobernador fue elegido para defender y proteger a los habitantes de Texas, no para resolver problemas de personas que llegan del extranjero, los más de ellos sin preparación u oficio, a colgarse del sueño americano y supuestamente a ganar dólares.
Pero demos un paso atrás, empecemos por el principio y usaré de ejemplo a Venezuela, pero bien pueden ser migrantes de Guatemala, Haití o Nicaragua, chinos o africanos que huyen de la pobreza, la violencia, el crimen o la falta de oportunidades; decía que usaré de ejemplo a Venezuela gobernada (o desgobernada) por un dictadorzuelo populista, Nicolás Maduro, que ha llevado a su pueblo a niveles de pobreza y desempleo inimaginables, con un sistema que sataniza a cualquier crítico, lo persigue, lo encarcela y cuando puede lo elimina convirtiendo en un infierno el vivir en la dictadura, sin derechos ni libertades.
Razones no les faltan a los venezolanos para huir, pero, no es la solución, por una sencilla razón, si bien tienen una vida muy jodida, no es responsabilidad de otras sociedades ni de otros gobiernos, resolverles sus problemas; los problemas de los venezolanos los deben resolver en Venezuela; en un caso extremo, con una revolución para quitar al mal gobierno, o, con una alternativa no tan extrema preparándose, estudiando, capacitándose para ser útiles en otro país y ser requeridos o aceptados después de cubrir los trámites y requisitos para obtener permisos de ingreso, trabajo y residencia.
Entiendo, respeto y admiro a quienes se preocupan de esa gente necesitada y les brindan techo y alimentos de forma temporal en su tránsito hacia Estados Unidos, pero si bien son paliativo a las necesidades y vicisitudes del viaje, ¡no son solución!, ya que una vez llegados a la frontera de México con USA, serán retenidos para evitar su cruce, generando un problemón social, humanitario, presupuestal, de higiene, de competencia laboral y de seguridad en las ciudades y comunidades fronterizas de México que, como en Nueva York, ven turbada su tranquilidad con la llegada de desconocidos sin recursos ni medios para vivir. Gente que se queda en las calles ensuciando y contaminando, gente que pide limosna o gente que roba para sobrevivir, no todos, si algunos… Los pocos “afortunados” que logran cruzar la frontera se convierten en parias indeseables en los Estados Unidos, en dónde, como comenté, los texanos los expulsan para convertirse en un problema social, económico y humanos en las llamadas ciudades santuario, que como Nueva York ya se saturaron y no encuentran la salida al problemón de tener tanta gente en las calles exigiendo lo que no tienen derecho a exigir, ya que no contribuyeron al presupuesto municipal o estatal, por lo que asignarles recursos, es quitárselos a los que si contribuyeron con su trabajo a través de los impuestos para tener servicios e inversiones en infraestructura del gobierno (escuelas, hospitales, carreteras, etc.), no para mantener migrantes.
Propuestas: 1.- No permitir el ingreso y cruce de migrantes ilegales (aplicar la ley y reglamentos), solo permitir ingreso a quienes, cumpliendo los requisitos, comprueban que tienen una forma honesta de vivir y un lugar a donde llegar. 2.- Penalizar a través de organismos como la ONU y la OEA a aquellos gobiernos que expulsan a su gente, 3.- Apoyar de manera institucional, internacional y supervisada a los gobiernos y pueblos necesitados, con programas generadores de empleos que eviten la migración ilegal. 4.- Expulsar de los países necesitados a inversores extranjeros que lucran con las necesidades, corrompen a los gobiernos débiles y acaban con los recursos naturales a través de una colonización “legal” por medio de sistemas económicos y financieros o de tratados comerciales leoninos y ventajosos. Conclusión: la migración ilegal no es solución, busquemos soluciones reales a través de los gobiernos y de los organismos internacionales; revisemos las leyes internacionales y el concepto de soberanía de las naciones expulsoras de gente ¡Usemos la inteligencia y el sentido común!… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán