Maestro Tomás Bustos Muñoz/Paulino Lorea
Mundo globalizado
Sin lugar a dudas un logro de Giorgia Meloni, la mandamás de Italia, el haber realizado la reunión del G7 en su país a pesar de su confrontación con Emmanuel Macron de Francia, al que le hizo “gestos” y con Pedro Sánchez de España, al que no invitó.
Podrás pensar, estimado lector: ¿a mi qué pitos me importa lo que sucede en Europa, cuando en México o nos ahogamos o nos morimos de sed o nos encerramos por el temor al crimen organizado?
Soy de la opinión y por eso abordo el tema, de que lo que pasa en el mundo hoy debería importarnos a todos, pues dada la conectividad y los sistemas económicos y comerciales globalizados, lo que sucede en el otro lado del planeta nos afecta en nuestra forma de vivir e impacta en nuestro futuro; pongo como ejemplo el tráfico de drogas, hoy una actividad globalizada que nos pone en conflicto con Ecuador, con Europa y con USA, o lo más dramático: ¡La guerra en Ucrania!; lo que está sucediendo en Ucrania nos puede afectar en la forma en que vivimos, desde una Tercera Guerra Mundial que puede acabar con la vida en el planeta, hasta la forma en la que afecta el cambio climático.
Me explico: una de las estrategias para combatir el calentamiento global era, de forma paulatina cambiar a energías renovables amables con el medio ambiente, lo primero suspender el uso de energía nuclear, enseguida y de forma paralela cambiar el carbón por petróleo, después suplir el petróleo por gas para, finalmente, cambiar el gas por energía solar o eólica o de gases no contaminantes como el hidrógeno.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver el combate al calentamiento global con el conflicto en Ucrania?… Como diría Jack el Destripador: “Vamos por partes”.
Como paso inicial a las etapas descritas, las naciones europeas, empezando por Suecia, decidieron suspender el uso de energía nuclear por el riesgo que implica cualquier falla o problema, le siguieron Alemania, Italia, Bélgica y Suiza cuando se vivieron dos “accidentes” de nivel 7; el primero en Chernóbil en 1986 en el norte de Ucrania, cuando, por mal manejo el calentamiento del reactor provocó una explosión y el segundo en Japón en la planta de Fukushima, la que el 11 de marzo del 2011 a raíz de un tsunami se inundó.
En ambos casos el impacto ambiental y los daños fueron enormes generando una despertar de conciencias y un cambio cultural;… sin embargo, a partir del conflicto en Ucrania, los estultos países de “occidente” decidieron sancionar a Rusia y le dejaron de comprar gas, disparándose en el pie, lo que obligó a los europeos al retorno de combustibles contaminantes para mantener sus industrias operando y evitar en lo posible crisis económicas y de desempleo, ello generó nuevamente el uso del carbón y los llevó a reactivar algunas de sus plantas nucleares para producir electricidad; lo que, obvio, afecta a todo el planeta con la contaminación y su impacto en el calentamiento global que hoy, en México y en todo el mundo estamos sufriendo.
En ese tenor, debemos también de interesarnos en el giro político que se está dando a nivel planetario en asuntos de gobierno, dónde los partidos políticos de derecha y extrema derecha (Conservadores) están tomando fuerza, al grado de alcanzar mayoría en las elecciones de hace unas semanas en la Unión Europea, sumada a la derrota del Presidente Emmanuel Macron en Francia con el triunfo del partido ultraconservador de Marine Le Pen y ni que decir, en USA, donde se perfila el regreso del derechista Donald Trump, en tanto, en Italia bajo el liderazgo de Giorgia Meloni, Presidenta del Consejo de Ministros, se privilegian valores como la familia, la identidad de género y el nacionalismo que llevan a cuestionar las políticas de migración, las comerciales y las de producción agropecuaria, hoy vigentes, ¡toda una revolución!
En adición, Meloni acaba de dar una muestra de liderazgo global que da fuerza al liderazgo de la derecha y de la extrema derecha al reunir en Italia a el G7 (USA, Alemania, Italia, Francia, Japón, Reino Unido y Canadá, con la participación de la Unión Europea) que liderado por USA representa hoy el poder económico y militar más poderoso del planeta, aunque reconozco, amenazado por el BRICS, que es la unión de países emergentes (Brasil, China, Rusia, India, Sudáfrica, Irán, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos, más una lista de decenas de países que se quieren incorporar) cuyo objetivo es hacerle contrapeso al G7 y quitarles poder (dejar de ser dependientes) dejando de usar el dólar como moneda de reserva y de intercambio, al tiempo que evitan chantajes, presiones y sanciones de USA y sus aliados cuando, en su derecho soberano, actúan de manera no coincidente con los intereses y/o políticas de los países de del G7 (léase USA); lo que conforma de facto un nuevo orden mundial multipolar, para que USA deje de ser el matón del barrio… Lo que genera conflictos, fricciones y posiblemente guerras que si nos descuidamos, como está pasando en Ucrania y en Gaza, nos ponen a todos en peligro de una conflagración mundial que amenaza la sobrevivencia de la raza humana, lo que, por sentido común, debe ser de nuestro interés… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán