
Entre Hipona y los Andes
La derrota política de Donald Trump y de su guerra comercial parecen inminentes. Como suele suceder, el poder intenta que el fracaso se presente como éxito, una constante de los malos gobiernos. Sin embargo, en realidad el presidente estadounidense está en retirada. El acuerdo con el Reino Unido es más apariencia que logro. En primer lugar, los aranceles del 10% se mantienen; en segundo, Estados Unidos tiene un superávit comercial con ese país, y las tarifas recíprocas resultan desfavorables para los empresarios norteamericanos. Tercero, Inglaterra representa 3% del comercio con EU. El capítulo automotriz con UK, ha provocado el descontento de la industria estadounidense porque persisten aranceles elevados en sus cadenas de suministro.
En estas horas el gobierno norteamericano anuncia destacadamente el acuerdo con China de suspender y reducir aranceles por 90 días. La iniciativa de la reunión vino de EU y tiene que ver no sólo con el impacto negativo sobre el comercio por los aranceles, también los perniciosos efectos por el embargo de los orientales a productos estratégicos para la industria militar, aeronáutica y automotriz vinculada a las llamadas tierras raras.
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