Autoriza Senado ingreso de tropa militar de EU para adiestramiento
MORELIA, Mich., 4 de julio de 2024.- Antes de apagarse su vida para siempre, en Marijó también murió la fe en la humanidad, porque el hombre en el que puso su interés y otro más del grupo que la privó de la vida se quedaron sin hacer nada mientras era brutalmente pateada y asfixiada, incluso ignoraron su petición de auxilio y las oraciones que dijo antes de ser asesinada.
Los últimos momentos conscientes de Marijó los pasó al lado de Pablo Enrique N. -testigo con Criterio de Oportunidad- y le pidió encarecidamente ayuda. Jadeando y desmejorada.
“Diles que no me vayan a matar”, imploró. La respuesta fue pobre, pero quizás con la intención de ayudarle en su sufrimiento. “Tranquila”, le dijo Pablo Enrique.
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