
¿Ya la perdimos?
Este tema es muy delicado y tengo que aceptar que mi postura muy clara, siempre me he considerando Pro vida y seguramente lo seguiré haciendo por los próximos años.
En mi escala de valores y la pirámide legal que conozco y reconozco está primero la vida y luego la libertad, por lo que sin vida no se puede ser libre, por lo que se debe anteponer defender la vida antes que la libertad.
Una vez dicho esto y como una persona que cree en el diálogo y la capacidad de los seres humanos de conciliar intereses creo entender a que se refieren o deberían referirse de manera más clara los grupos que buscan “despenalizar el aborto en Guanajuato”, en estricto sentido me parece entender que no es legalizarlo como tal, sino quitar de la ley el castigo penal ante tal acto.
Es verdad que las personas que se ven en esa situación de abortar pudieran llegar a ser las principales víctimas pues además de haber tenido que pasar por un acto traumático no solo físico sino mental y espiritualmente, también tienen que responder ante la ley a veces con su libertad, desafortunadamente quienes se ven más comúnmente en esta situación son también las mujeres más vulnerables, así que quizás no está descabellado que no tengan que pagar con cárcel sino más bien haciendo servicio social en dónde ayuden a otras mujeres, vayan a pláticas sobre sexualidad, como cuidarse, las enfermedades de transmisión sexual a las que se exponen, aprender algún oficio, entre otras tareas que las ayuden a sanar y crecer profesional y personalmente para no tener que verse de nuevo en esa situación.
Cambiar la pena podría ser algo justo y viable pero legalizar el aborto sinceramente no creo que sea la salida para concientizar de fondo a las personas y se correría el riesgo del promover una práctica que termina con una vida y expone a otra, la solución no es promover el aborto, sino dar las herramientas a las mujeres y hombres para que en la medida de lo posible eviten estar en esa situación que por dónde lo busquen no es moral y por suerte tampoco legal en Guanajuato.
He conocido muchas mujeres que se arrepienten de haber abortado pero a ni una sola que se arrepienta de haber seguido adelante con su embarazo. Por mi parte les reitero mi postura Provida aunque como diría el Papá Francisco “debemos ser generosos también con las mujeres que se ven en esa situación y lejos de juzgar las, señalarlas o condenarlas, intentar ayudarlas” y buscar tener una sociedad mejor, una sociedad que no normalice matar inocentes, sino más bien que tenga la cultura, educación, responsabilidad y medios suficientes para nunca tener que verse en esa situación.