Descomplicado/Jorge Robledo
Universidades al Frente: Compromiso Total Contra la Violencia de Género en el 25N
El 25 de noviembre no es solo una fecha para recordar la gravedad de la violencia de género, sino una oportunidad para reflexionar y actuar desde todos los espacios posibles. Este año, en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Universidad de Guanajuato (UG) dio un paso contundente al suscribir el “Acuerdo Institucional por una Cultura de Paz y la Erradicación de la Violencia de Género”. Este compromiso, que vincula a todas las divisiones y campus de la universidad, no solo representa un marco de acción, sino un llamado a convertirnos en agentes de cambio desde las aulas, los pasillos y los espacios administrativos.
Las universidades, como centros de conocimiento y formación integral, tienen una responsabilidad especial en la construcción de sociedades más justas e igualitarias. Este nuevo acuerdo firmado por la UG se suma al esfuerzo de más de 240 instituciones educativas del país que buscan erradicar la violencia de género desde sus recintos, creando un precedente poderoso: “Todos somos ejemplo y construimos una cultura de paz todos los días”.
En el caso de México, un país donde más de 10 mujeres son asesinadas diariamente, estas acciones no son solo necesarias, son urgentes. Las cifras alarmantes de violencia de género demandan que las instituciones educativas, como espacios formadores de las futuras generaciones, den un paso al frente para liderar el cambio. Por eso, la UG no solo propone, sino que actúa: fortaleciendo mecanismos de denuncia, promoviendo políticas de no repetición de las violencias y generando redes de colaboración con entidades gubernamentales y sociales.
En este contexto, es fundamental destacar la labor de quienes conforman las universidades: directivos, docentes, administrativos y estudiantes. Cada uno tiene un papel que desempeñar en la creación de una cultura de paz. Las aulas se convierten en espacios donde se enseñan no solo teorías, sino valores; los proyectos de investigación abordan problemáticas sociales desde una perspectiva crítica y transformadora; y las acciones administrativas reflejan un compromiso con la inclusión y el respeto.
El color naranja, símbolo de un futuro sin violencia, debe ser el faro que guíe nuestras acciones diarias. Porque no se trata solo de conmemorar el 25N, sino de garantizar que cada día sea un paso hacia la igualdad, el respeto y la justicia. La UG, con su Ecosistema para la Cultura de Paz, la Igualdad de Género y los Derechos Humanos, ha demostrado que es posible articular esfuerzos y consolidar estrategias efectivas que inspiren a otras instituciones y sectores de la sociedad.
Las universidades tienen el privilegio y la responsabilidad de liderar con el ejemplo. Cada docente que fomenta el diálogo en sus clases, cada estudiante que alza la voz contra las injusticias, y cada autoridad que impulsa políticas transformadoras, contribuye a la construcción de un entorno donde el respeto a la dignidad de las personas sea la norma.
Al acercarse las fiestas decembrinas, un tiempo de reflexión y convivencia familiar, es importante recordar que la paz se edifica en los pequeños gestos: en el respeto dentro del hogar, en la enseñanza en las aulas y en las acciones de cada institución. Cada esfuerzo, por mínimo que parezca, contribuye a erradicar la violencia y a forjar un futuro más justo e igualitario. Porque, al final, “Todos somos ejemplo y construimos una cultura de paz todos los días”.