Genio y figura/Francisco Buenrostro
A 168 días de terminar su sexenio, el tema de seguridad sigue siendo un terreno minado para el presidente López Obrador.
Un hecho doloroso que fue denunciado en una carta que revela profundo miedo y dolor, es la publicada por el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
El Comunicado Urgente que difundieron, empieza con un contundente: Nos van a matar, dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, a los tres niveles de gobierno, a Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a los mecanismos de personas defensoras.
Denuncian que el pasado 10 de abril, mientras realizaban labores de búsqueda de personas desaparecidas en el cerro del cuatro en Tlaquepaque, Jalisco, sufieron el acoso, intimidación y amenazas de elementos de la policía municipal y dice:
A todas luces coludidos con el crimen organizado, ello ante la vista y la complacencia temerosa de las autoridades federales y en especial, de la Guardia Nacional, (quienes se supone nos cuidan) que sólo vieron y callaron.
Esa es la cruda realidad que puede sintetizar la estrategia de: Abrazos y no balazos, del actual sexenio.
Una de las principales razones por las que expertos consideran que ha sido un error la estrategia de: Abrazos no balazos, forma popular en la que se conoce la política del presidente de no combatir a los cárteles de la droga, es porque en teoría, la Guardia Nacional, es responsable de cuidar el territorio de la delincuencia organizada, pero en la denuncia de Guerreros Buscadores de Jalisco y en decenas de otros casos, exhibidos en videos virales como el de delincuentes arrojando cuerpos a un costado de las letras turísticas frente a la presidencia municipal de Cazones de Herrera, Veracruz, o videos de delincuentes golpeando brutalmente a transportistas en Guerrero por el cobro de piso, demuestran que la Guardia Nacional está sólo como el florero de la casa.
En su estragegia se olvidaron de dos elementos fundamentales para un combate articulado contra la delincuencia: Primero, limpiar a las policías municipales de mandos y elementos que están en la nómina de los grupos criminales, que resulta una labor titánica, fortalecer el personal e infraestrutura a las policias municipales y fortalecer a los Ministerios Públicos, para acabar con el efecto de la llamada puerta giratoria, los policías municipales detienen y al tratarse de delitos federales, los delincuentes quedan libres con total impunidad, convirtiéndose en un riesgo latente para quienes se atreven a denunciarlos o a detenerlos.
Por esa razón cobra tanto sentido el clamor de miles de mexicanos en estados como Jalisco, Veracruz, Guerrero, Guanajuato y cientos de municipios en el país que piensan y dicen: Nos van a matar.
Por esa razón, hay tanto en juego en las elecciones del 2 de junio próximo. A 48 días de acudir a las urnas, todo se reduce a promesas de campaña y ataques cruzados entre aspirantes, ojalá esa puntería la afinaran para profundizar en qué es posible y cómo puede suceder en materia de seguridad.
Lo cierto es que, ni los gobiernos encabezados por Morena, cuyas candidatas y candidatos prometen una gran coordinación con la federación que va a cambiar casi por decreto el mapa delictivo, de violencia e impunidad de grupos criminales, ni gobiernos encabezados por otras fuerzas políticas han logrado revertir el problema, porque se requiere una verdadera coordinación entre los tres niveles de gobierno.
El comunicado del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco termina con una suplica y un grito desesperado de que no los dejen morir solos, cuando es obligación del estado garantizar la seguridad de la nación que gobierna, es entonces cuando los ciudadanos nos preguntamos: ¿quién nos cuida?.