
Genio y figura/Francisco Buenrostro
La relación entre el presidente o presidenta de Morena con la CNTE es algo como el juego del burlador burlado. Asumen que esa organización de choque es manejable y el tiempo acredita que es un problema mayor por su pulsión a la extorsión, con una afectación grave a la educación en los estados donde hay más pobres del país. También plantea un problema político y económico por su activismo, la manera de ejercer sus derechos políticos y por el impacto directo e indirecto en la economía de los lugares donde está presente.
En el asunto hay que distinguir cuatro planos: la educación, los derechos laborales en el ámbito gremial, el político y el criminal. Es evidente que lo que más importa es la educación, que sea de calidad y auténtico sentido social la hace el vehículo más eficaz para la superación personal, familiar y comunitaria. La misión social educativa como fórmula de reivindicación se extravió en el entramado de intereses políticos y gremiales de gobiernos y sindicatos. Aun así, es un logro mayúsculo lo que pudo hacerse casi durante un siglo, hasta antes de la llegada del obradorismo al poder.
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