Freddy/Norberto Gasque Martínez
Empieza un mes mágico lleno de tradiciones y momentos que tratamos de atesorar siempre. Todos empiezan a planear desde principio de mes sus eventos decembrinos y más allá de los regalos y luces en toda la casa, nos damos cuenta que la gastrónomia se vuelve el centro de nuestras reuniones.
En lo personal, yo soy como el Grinch, pero lo que más disfruto de esta época es que todos los sabores cobran vida. Para mi en especial, es recordar el pavo que hacía mi abuela (mamita) que ahora prepara mi mamá (por cierto es delicioso porque cocina increíble), con un relleno estilo gringo delicioso y muy característico.
Es también recordar a mi querido hermano “Roby” con quien, durante años, preparamos juntos el bacalao y era todo un ritual inolvidable entre nosotros.
Me volvia al 100% en su pinche de cocina, y créanme, contaba los días para vernos y disfrutar de una convivencia maravillosa en la cocina llena de diversión y amor, ahora que ya no está con nosotros, estos momentos seguirán siendo un tesoro en mis recuerdos.
También, es la emoción de que todos me pidan recetas de botanitas para darle gusto a toda la familia y convertir mi “Grinchi-Navidad” en una experiencia única a través de los sabores.
Pensar en un ponche calientito, una buena cena y un buen whiskey con mi familia, en estas fechas siempre llenas de risas, anécdotas y ¿porque no?, en la mía, donde no puede faltr una buena cantada con guitarra tocada por mi papá y cantando todos juntos en familia (y creanme que en mi familia cuando digo todos juntos es algo que hace a mi familia tan maravillosa y única), percibiendonos siempre con muchísimo amor, y eso hace que todo sea especial.
Lo bonito de esta época es que cada quien pone su sazón. No importa si es algo muy elaborado o tan sencillo; lo importante es compartir. La gastronomía navideña es mucho más que comida: es conexión, amor y tradición servidos en un plato.
Así que, con este comienzo de mes navideño, mi invitación es simple: festejemos no nada más navidad, sino celebremos todo el año con sabores que nos hagan sonreír, que nos traigan recuerdos y que creen momentos nuevos. Porque, al final, la comida no solo alimenta el cuerpo, ¡alimenta el alma!
¡Feliz diciembre y buen provecho!