Un caso más, pero con justicia/Patricia Sánchez
La política es de resultados y como tal el mayor desafío enfrentado por la presidenta Sheinbaum hasta el momento, lidiar con Trump, lo ha librado mucho mejor que dos referentes de penoso fracaso. Hay que decir que cuando la batalla está perdida de antemano, mejor no asumirla, pero tampoco conceder, de otra manera sobrevienen la derrota y la humillación. Casos de Justin Trudeau, premier canadiense, y de Gustavo Petro, presidente de Colombia.
La humillación es dolorosa porque va acompañada del ridículo. Para los hombres en el poder es el peor lugar en la escala de la desgracia. Hay que decir que López Obrador leyó bien a Trump y a pesar de las diferencias y de los elevados costos para él, para su gobierno y el país se anticipó en desactivar cualquier asunto de agravio mayor. Le dio resultado; al parecer sucede también con la presidenta Sheinbaum. Aunque la historia no ha concluido y se desconoce la magnitud de lo concedido, lo hecho ha sido más eficaz y con mejores resultados que la postura complaciente de Trudeau o las decisiones arrebatadas y desastrosas del colombiano.
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