
ARCOM a la mexicana/Carlos Enrique Rivera Cordero
En una jugada que parecía impune y definitiva, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles generalizados sobre productos mexicanos bajo el pretexto de una “emergencia nacional”. Usando la Ley de Poderes Económicos para Emergencias Internacionales (IEEPA), su administración impuso tarifas del 25% a una variedad de bienes sin autorización legislativa ni base real de urgencia. Era, en términos estrictamente jurídicos, una demostración de fuerza. Pero ahora, con el fallo del Tribunal de Comercio Internacional, esa fuerza ha sido desmantelada por la razón.
La resolución judicial es clara: Trump abusó de la norma. No tenía base para declarar una emergencia comercial. No tenía competencia para imponer aranceles sin pasar por el Congreso. Fue, en resumen, un acto de poder sin fundamento, y como tal, ha sido declarado ilegal. No obstante, la historia no está cerrada: el gobierno de Trump ha apelado la decisión, y un tribunal superior ha emitido una suspensión provisional, lo que mantiene los aranceles vigentes mientras se resuelve el litigio.
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