Maestro Tomás Bustos Muñoz/Paulino Lorea
Del debate de candidatos presidenciales del domingo pasado podemos decir muchas cosas, pero aunque las dos candidatas se declararon ganadoras, ni una de ellas dijo algo concreto. Ni una de ellas dijo cómo gobernará. Nadie habló del futuro gobierno. Ambas hablaron de lo que no quieren ser y hacer, pero ni una dijo qué hará en concreto ni cómo hará las cosas.
Los temas fueron básicos, fundamentales y desastrosos para la actual administración.
Tenemos una crisis de salud que no mejorará en los meses que quedan de administración aunque el presidente ahora prometa que para septiembre tendremos el mejor sistema de salud del mundo.
El rezago en educación es tal que ya mejor no se hacen mediciones en las escuelas. Los datos reales sobre el nivel educativo se guardan como un secreto que nadie debe saber.
Y si hablamos de impunidad y corrupción, Segalmex y la familia del presidente son el más claro ejemplo de que los discursos hablan de una cosa y la realidad del país es otra.
Por eso Claudia Sheinbaum evadió las preguntas y se dedicó a atacar a Xóchitl Gálvez. Presumió todos los premios que se otorgan con criterios mínimos y sin datos concretos. Repitió un discurso que no es de ella, que le dictaron desde palacio nacional.
Ah, pero ¿Xóchitl Gálvez cómo se iba a desprender de los lastres que la frenan? Si no se deslinda claramente de las cúpulas del PRI y del PAN, nadie la verá totalmente confiable para gobernar un país desesperado por dejar atrás varias crisis de las que no saldremos en unos meses, y posiblemente ni en unos años.
El domingo el país se sorprendió porque descubrió que había un tercer candidato. Si se hacen debates todos los días, posiblemente nos aprendamos el nombre de Jorge Álvarez Máynez. Un hombre con una sonrisa pintada, y un discurso tibio, fue el que habló con más claridad. Ojalá tenga la capacidad para hacernos creer que gobernará mejor que quienes gobiernan Nuevo León y Jalisco
Y aunque hoy se descalifican las preguntas, las bolsas de tiempo del debate y el estilo de los periodistas conductores, deberíamos centrarnos en las respuestas de los candidatos, en lo que dijeron sobre cada tema y formar un criterio basado en sus propuestas, sus discursos, sus ataques, sus evasivas y defensas.
A estas alturas ya debemos tener claro que el 2 de junio votaremos por quien nos gobernará los próximos 6 años. Si, ¡qué miedo!