Crónica Cuevanense/Roberto Tamayo

La inseguridad laboral también se observa en Guanajuato

Uno de los factores sociales y, sobre todo económico, que contribuye al desarrollo y superación lo representa sin duda alguna el trabajo. De ello dan cuenta los diversos sectores productivos y de servicios, como las industrias, comercios e incluso en los ámbitos gubernamentales, que están sometidos a los marcos y vaivenes macroeconómicos, llámense crisis, incrementos, ingresos, inversiones, inflación, deflación, recesión y volatilidad, entre otras variables.

Empero, con el paso del tiempo resaltan acontecimientos y fenómenos, que marcan el sello tradicional de nuestros tiempos, porque de nueva cuenta cunde uno de los ámbitos con pocos efectos mediáticos, como lo llega a reflejar y trascender la inseguridad laboral en Guanajuato.

Lo anterior, a pesar de presumir de que se goza de franco diálogo, desarrollo sostenido y estabilidad, incluso con finanzas sanas, claras y transparentes, sean representantes de los sectores privados o públicos gubernamentales, que por lo común presumen cifras de atracción de inversiones –incluidas las extranjeras-, que generan miles de empleos directos e indirectos, pero en torno al ámbito laboral casi poco o nada ocupa la atención las quejas y manifestaciones laborales, cuyos trabajadores que día a día se esfuerzan en cumplir sus encomiendas.

A pesar de ello, resalta la inestabilidad laboral como en recientes casos registrados durante la semana inmediata anterior, que se registraron en la ciudad de Guanajuato Capital, en los órdenes de la industria minera y en el ámbito del comercio en tienda departamental.

Si bien se registran los empleos generados con las prestaciones de ley, en la realidad resaltan aspectos medulares como la inseguridad, el bajo índice salarial de los trabajadores y la falta de entrega oportuna de pagos por las horas extras, prestaciones a que tiene derecho legal, como también acceso a los servicios de salud, el reparto de utilidades, vacaciones, aguinaldo e implementos para la seguridad laboral con equipamiento indispensable, para el correcto desempeño de las labores sustantivas de los quehaceres, aún más cuando se trata de trabajos de alto riesgo.

Ejemplo de lo anterior dieron cuenta más de 300 trabajadores mineros de empresa extranjera canadiense, quienes decidieron irse al paro laboral, por la falta de atención a sus demandas, por la falta de pago del reparto de utilidades e incremento salarial, que en cambio cobró el despido de empleados que apoyaron la causa causa; y, en ese orden, hicieron lo propio con su movimiento de protesta de paro laboral una cincuentena de empleados de una sucursal de renombrada empresa departamental enclavada en conocida zona comercial, por otorgarles raquíticos pagos sobre el reparto de utilidades, sin proporcionarles pagos de horas extras acumuladas.

Por cierto, a decir de los analistas en asuntos económicos en el Estado de Guanajuato, sobre todo en los ámbitos laborales industriales y comerciales, se registran el más bajo índice en el pago de sueldos a los trabajadores, sin descartar que misma situación acontece en el orden gubernamental, a excepción hecha de burócratas quienes ocupan puestos y-o mandos jerárquicos de confianza desde el nivel de jefes o coordinadores de áreas de direcciones y secretarías.

Es de hacer notar que los líderes sindicales y sus voceros brillan por su ausencia en la escena, para la defensa de sus correligionarios, quienes siempre están a la espera de que se cumplan las promesas por mejoras laborales, salariales y prestaciones.

Por todo ello, la inseguridad laboral es un tema de nuestro tiempo, con diferentes aristas por atender y resolver, porque paralizar la productividad a ninguna de las partes involucradas en los procesos del desarrollo conviene la inactividad, porque en sus manos están las decisiones de no romper los hilos conductores del progreso, pues de lo contrario y al paralizarse por falta de atención de la fuerza laboral, por ende, se generan de inmediato tanto el malestar, así como el retraso, que a ninguna de las partes conviene entre el patrón y el trabajador.

Hasta la próxima y entonces.
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